Henrik Ibsen (Cristianía, 1906 -
Skien, 1828). Dramaturgo noruego, uno de los renovadores del teatro universal.
Nació en una ciudad costera donde su padre poseía una destilería de
aguardientes que quebró cuando él tenía seis años. Su madre era muy religiosa.
A los quince años se fue a vivir a Grimstad, no lejos de su pueblo natal, donde
su padre le había conseguido un puesto como ayudante de un farmacéutico. Sus
contactos con la familia fueron, por el resto de su vida, esporádicos.
A los veinte años era
ya un librepensador, entusiasmado con las insurrecciones populares que
estallaban en toda Europa. En 1850 fue a estudiar a Cristianía (hoy Oslo).
Noruega era por esa época un país regido políticamente por Suecia y
culturalmente por Dinamarca. En 1853 aceptó el puesto de director y dramaturgo
de un nuevo teatro en la ciudad de Bergen y cuatro años más tarde volvió a
Cristianía para dirigir otro teatro que en 1862 cerró por problemas económicos.
Este fracaso marcó el
comienzo de una nueva época en su vida. Cansado de lo que consideraba estrechez
de miras de su país natal, partió a un exilio de veintisiete años por Italia y
Alemania, período durante el cual escribió el grueso de su obra. Ya en el
pináculo de su fama volvió a Noruega y en 1900 sufrió el primero de una serie
de ataques de apoplejía, que afectaron su salud física y mental. Falleció en
1906 y fue enterrado con honores de jefe de Estado.
Como director del
teatro de Bergen, Ibsen intentó crear un drama nacional, tarea difícil ya que
si bien podía utilizarse como base el rico acervo de las sagas islandesas
medievales, la escena de su país estaba dominada por la dramaturgia francesa de
Scribe (que daba prioridad a lo ingenioso de la intriga sobre la profundidad de
los personajes), y por el idioma y la tradición histriónica danesas.
La experiencia que
ganó en Bergen tuvo para él un valor incalculable. Como director del teatro de
Cristianía, ya casado con Suzannah Thoresen, exhibió una autoridad y confianza
en sus propias ideas que antes no había mostrado. Esto se advierte en su drama Los pretendientes de la corona (1863), que forma parte de una serie
de tema histórico y en el que, con reminiscencias shakespearianas y gran
precisión psicológica, trata el tema de la dificultad del ser humano de
encontrar su misión en la vida.
Con Brand (1866) y Peer Gynt (1867), dos dramas en verso, Ibsen
hace su entrada en la literatura universal. Si Brand representa la toma de posición
apasionada, los temas centrales de Peer
Gynt son la duda, la
ambigüedad, la huida al mundo de la fantasía. El predicador Brand es el
idealista que lo sacrifica todo en aras de su misión. Sus exigencias tienen un
carácter absoluto, no sabe de matices. El mensaje de la obra es, en cambio, más
contradictorio. ¿Es Brand un mártir de la verdad o una víctima de sus propias
exigencias inhumanas?Peer Gynt es
en cambio una leyenda romántica, con rasgos realistas modernos, más audaz que Branddesde el punto de vista
teatral. Su protagonista es una figura fáustica, a la vez un soñador romántico
y un monstruo de egoísmo.
En el decenio de 1870
Ibsen abandona el teatro de ideas por el drama social realista. La primera obra
de este período (y la primera que escribió en prosa) fueLas columnas de la
sociedad (1877), que trata de
los conflictos sociales y del choque de lo antiguo con lo nuevo. Pero el
verdadero éxito le llegó con Casa
de muñecas (1879), en la que
por primera vez aparece la voz auténtica del autor.
La obra provocó
escándalo, con su osada descripción de una mujer que deja su aparentemente
idílico matrimonio a causa de su disconformidad con el rol subordinado que le
toca desempeñar en él. Es una heroína fuerte e independiente en contraste con
un marido débil y aferrado a su rol patriarcal. Pero su tema es también el
efecto anquilosante de las convenciones sociales y la necesidad de rebelarse
contra ellas a fin de alcanzar la realización personal. Esta obra no tiene un
desarrollo cronológico como las anteriores, sino que trabaja con una técnica
retrospectiva en la que el pasado va siendo revelando a medida que avanza la
acción.
Un enemigo del pueblo (1882) describe la
lucha de un individuo decidido a revelar la verdad aun cuando ésta amenaza la
supervivencia de toda una ciudad y a pesar de que su porvenir y el de su
familia están en juego. El tema de la honestidad reaparece en El pato salvaje (1884), pero se trata esta vez de una
verdad despiadada, que destruye la vida de una familia. La verdad, parece decir
ahora Ibsen, es una droga que, mal administrada, tiene efectos letales. De los
destinos de sus personajes, que son gente común y corriente, desprendió
conclusiones de una sinceridad brutal, pero también de gran sutileza y, por
momentos, de belleza poética, obligando a su público a cuestionar las bases
morales de su existencia.
Durante la segunda
parte del siglo XIX, su obra cambió el carácter del teatro europeo y lo
convirtió, del divertimento a que había sido reducido, en lo que fuera para los
griegos: un instrumento para examinar el alma. Otras obras suyas son Catilina (1850), La comedia del amor (1862), Emperador y Galileo (1873),La unión de la juventud (1869), Espectros (1881), La casa de Rosmer (1886), La dama del mar (1888), Hedda Gabler (1890), Juan Gabriel Borkman (1896),Despertaremos de nuestra
muerte (1899).
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